(Pequeña historia escrita a partir de los títulos de la filmografía de Marilyn Monroe, que se incluyen destacados en negrita).
Los caballeros las prefieren rubias. Como el multimillonario presidente, que fue incapaz de sustraerse al sensual influjo de la orquídea rubia. Conectaron al instante y planearon un encuentro en la noche.
Él se apeó de incógnito en el bus stop.
-Busca a la mujer de rojo, ¿me equivoco?- inquirió la indiscreta vecina de ella. -La tentación vive arriba...- añadió con picardía mientras le indicaba con el dedo.
-No estamos casados- objetó ella cuando penetró en su apartamento. Pero se entregó con faldas y a lo loco como una Eva al desnudo a las ruedas de fuego de la pasión.
Durante una temporada, desafiaron a la sociedad con sus vidas rebeldes. El presidente y la actriz. El pez gordo y la artista. El príncipe y la corista. Mas su amor en conserva no se manifestaba en público. "¿Cómo casarse con un millonario? ¡Yo siempre seré la otra en su vida!", cavilaba.
Finalmente, las luces de candilejas la deslumbraron, la jungla de asfalto la engulló y el dolor la arrastró a un río sin retorno, donde se precipitó en una cascada de desesperación más poderosa que el Niágara. Y la diva se marchó con niebla en el alma, legándonos apenas cuatro páginas de la vida de un mito.
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