LAS 'MAJARADAS' DE MARIO
Espontáneo, locuaz, superficial, excéntrico, cachondo... pero sobre todo inclasificable. Mario Vaquerizo era periodista, agente de prensa y líder del grupo de electro-pop petardo Nancys Rubias antes de alcanzar la fama como estrella mediática a raíz del reality-show de MTV producido por El Terrat, Alaska y Mario. Ya se los conoce como los Osbourne españoles y Mario ha pasado de vivir a la sombra de su esposa, la divina y mítica Alaska, a eclipsarla con el carisma y desparpajo que derrocha ante las cámaras.
Su libro Haciendo majaradas, diciendo tonterías es un proyecto oportunista concebido por Espasa-Calpe con el fin de aprovechar el tirón mediático de Mario y publicado precipitadamente para asegurarse de que saliera a tiempo en el día del libro. Aunque la editorial se vio obligada casi a perseguirlo para que lo terminara, ahora pueden frotarse las manos puesto que poco después de su lanzamiento logró colocarse en la lista de los más vendidos.
Las prisas de la editorial y la desgana de Mario se notan. El resultado final es un producto que deja mucho que desear, donde los temas se repiten con frecuencia y aparecen algo desordenados. Tan flaco como el propio autor, sus escasas doscientas páginas están engordadas a base de una tipografía gigante. Asimismo, están escritas en un estilo excesivamente pobre y descuidado, donde abusa de determinados términos y expresiones como “un ejercicio de”, “no procede” o “despropositado”, un error bastante incomprensible viniendo de alguien que se licenció en Periodismo nada más y nada menos que con un sobresaliente. Si bien también hay que tener en cuenta que él mismo admite que sus notas son fruto de una memoria prodigiosa para memorizar como un loro contenidos que vomitaba en los exámenes, que pasó más tiempo fuera que dentro de la universidad y que se abrió paso profesionalmente merced a su labia y a la cara que supo echarle -llegando en ocasiones incluso a infringir el código deontológico-.
En él hace balance de su trayectoria personal y profesional, desgranando con su humor característico anécdotas y momentos clave de su vida a lo largo de una serie de reflexiones con vocación autobiográfica, en que aborda su estrecha relación con las mujeres, sus ídolos de juventud, su idea de la muerte y su sexualidad, reivindica el mal gusto (entendido como lo barroco, hortera, artificial, trash y kitsch) como arte, celebra la frivolidad y el hedonismo y hace apología de la delgadez extrema.
Se reconoce inculto pero no ignorante, y considera que su inteligencia es más de índole emocional. Se revela como un ser contradictorio y de fuertes contrastes, que trabaja en la COPE pero posa en fotografías sacrílegas, que consume lujo pero que se pirra por las baratijas, que se vuelca ayudando a sus seres queridos pero que no se solidariza con causas humanitarias, etc.
Si algo hay que aplaudirle es que como mínimo muestra el coraje -o la inconsciencia, según se mire- de dar la cara y defender aquello en lo que cree por polémico que sea, y no cae en la hipocresía. Sus escandalosas declaraciones le habrían valido duras críticas de tratarse de otra persona pero, al parecer, el público tiende a ser más indulgente con él. Quizás se deba a su candor infantil o a la simpatía con la que se mete a la audiencia en el bolsillo. O tal vez sea porque lo ven como un simple personaje cómico, y es que ni el mismo Mario se toma demasiado en serio. Al fin y al cabo, él nunca pretendió ser un modelo a seguir.
Lo cierto es que el libro deja un sabor de boca más amargo de lo que se espera. Cuando sus barbaridades pasan de lo oral a lo escrito y no van acompañadas de una presencia festiva, salpicadas de carcajadas o envueltas en un tono jocoso que las suavice y les quite hierro, quedan más al desnudo, se perciben en toda su crudeza y no resultan tan graciosas.
Recomendado para pasar un rato entretenido y saciar la curiosidad que despierta un personaje que, se ama o se odia, pero no deja a nadie indiferente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario