lunes, 2 de julio de 2012

Las series que ya tendrías que haber visto (II)

LAS SERIES QUE YA TENDRÍAS QUE HABER VISTO (II)

Os traemos una nueva selección de aquellas series que jamás pasarán de moda.

Twin Peaks

Auténtica obra de arte para la pequeña pantalla con el inconfundible sello de David Lynch que tuvo en vilo al público a lo largo de dos años con el misterio de la muerte de Laura Palmer. De atmósfera hipnótica, onírica y enigmática, y con una banda sonora de lujo a cargo de Angelo Badalamenti. La grabadora del agente Cooper, la tarta de cerezas, el colgante de medio corazón de Laura o la mujer del leño han pasado a la historia. Magnífica.

Perdidos

Serie única en su especie que supuso un antes y un después en la historia de la televisión. Su novedosa mezcla de drama, ciencia-ficción y suspense cautivó a multitud de espectadores. Sus insólitas incógnitas (los omnipresentes números, las estaciones Dharma, los misteriosos Otros, el humo negro, los viajes temporales, la luz de la cueva, Jacob y sus candidatos, etc) suscitaron un interés sin precedentes que mantuvo la atención hasta el último episodio, emitido a la misma hora en todo el mundo para evitar filtraciones. Lástima que el anticlímax final no estuviera a la altura de las expectativas generadas. Para no perdérsela.

Batman

Serie de los sesenta que adaptaba las aventuras del legendario superhéroe de cómic con cierta estética camp. Inintencionadamente cómica, los mamporros a los villanos de turno se acompañaban de onomatopeyas en pantalla como “WHAM!” o “POW!”, los disfraces eran de bajo presupuesto y los decorados de cartón piedra. Su pegadiza sintonía surfera, sus inverosímiles hazañas, y sus melodramáticos cliffhangers rematan su aura irresistiblemente kitsch. Para nostálgicos de lo retro.

Freaks and geeks

Ambientada en los años ochenta, narra la historia de Lindsay Weir (que suena igual que “weird”, raro/a), una empollona y campeona de torneos de matemáticas que atraviesa una crisis existencial que la lleva a abandonar su faceta de estudiante aplicada para probar nuevas experiencias, vivir al límite y buscarse a sí misma. Al lado de sus nuevos amigos, los gamberros del instituto, se meterá en más de un buen lío. A caballo entre el mundo geek -representado por su hermano pequeño, los amigos de éste y su puritana amiga de la infancia Millie- y el freak -representado por sus nuevas amistades-, Lindsay ejerce de nexo entre dos bandos cuyo único punto en común es el de no pertenecer a la élite popular del instituto. Resulta fácil identificarse con las situaciones que se desarrollan y su desternillante realismo deja una intensa sensación de déjà-vu. Terminó injustamente cancelada tras dieciocho episodios a causa de los constantes cambios de horario en su emisión.

The young ones

Inglaterra, años ochenta. Cuatro universitarios comparten una casa destartalada y mugrienta, entre gags de humor absurdo, argumentos surrealistas y actuaciones musicales de grupos emblemáticos de la época, como Madness, Dexys Midnight Runners o Motörhead. Conviven observando la jerarquía más rígida. Mike, el líder, es un narcisista que se jacta de su supuesta popularidad, estilo y sex-appeal. Vyvyan, estudiante punk de medicina y mano derecha de Mike, es irascible, violento y disfruta torturando a Rick. Rick es un pomposo estudiante de sociología al que todos aborrecen, con ínfulas de revolucionario y desesperado por llamar la atención, que paga su frustración con Neil. Neil es un hippie depresivo y pusilánime al que todos ridiculizan, ignoran y esclavizan con las tareas domésticas. Su casero, el señor Balowsky, aparece de manera recurrente, reclamando el pago del alquiler. Stephen Fry, Hugh Laurie, Jennifer Saunders, Terry Jones y Emma Thompson fueron algunos de los artistas invitados. Anárquica irreverente y sencillamente inolvidable.

Alfred Hitchcock presenta

El mago del suspense dirigió esta soberbia serie que adaptaba relatos de intriga sorprendentes con la maestría y el estilo impecable que lo caracterizaba. Aguantó muchas temporadas en antena, pasando del blanco y negro al color, alargando su duración y cambiando el nombre. El propio Hitchock introducía y despedía el programa con un breve sketch de humor negro, muy en su línea. Imprescindible.

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